viernes, 14 de marzo de 2014

Sin límite por Tere Fabre

Lates, vivo y ligero ¡oh corazón mío!
Te abres y te lleva el viento en un suspiro,
te sientes rojo cuando corre alocada
la sangre en tu interior, no te da frío.

En tu rictus se esconde un mundo transparente,
donde el cielo no es celeste ni aterciopelado.
Tú lo descubriste, al volar sobre acantilados,
al hundirte y correr y aterrizar simultáneamente.

Te arrastran caballos negros y briosos,
con ojos de pescado y lengua de serpiente.

Esta es la parte 1, si quieres leer el final visita mi blog mañana y lo podrás encontrar.

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